Entrevista a Javier de las Muelas

viernes, agosto 31, 2012



Javier de las Muelas (Barcelona,1955), empresario y cocktailman, inició su carrera empresarial en el mundo de la hostelería en 1979, fecha en la que creó el cocktail bar Gimlet, el mítico local de la calle Rec de Barcelona, que se convirtió en seguida en un local de referencia de la ciudad.

Entrevista a Javier de las Muelas


¿Cuál ha sido su mejor creación?
Esto es como lo que se dice sobre los hijos, que todos son buenos. Nosotros tenemos muchas creaciones. Empezamos con un concepto de variación de Martinis, que es un concepto también para comer con cuchara. Diría que el cóctel que más reconocimiento
internacional nos ha dado es el carnívoro, que es un cóctel que se prepara dentro de una flor carnívora con pisco, que es un destilado de uva muy típico del Perú, con zumos y después con la flor de la pimienta de Sichuan. Esta pimienta le da un efecto eléctrico y es muy singular. Este es el cóctel que, cuando hemos ido a Roma, Berlín, Tokio, Londres, Amsterdam y por toda España, nos ha dado mucha fama.

¿Qué es el beber inteligente?
Dentro de la cultura del bar, en el beber inteligente las mujeres tienen mucho que decir y su conciencia del beber ha sido muy enriquecedora. La cultura femenina en este sentido ha aportado mucho porque el beber inteligente significa una manera de beber
mejor, con menos graduación alcohólica, y que ha tenido mucha influencia en el cambio de la cultura del cóctel. Este tipo de beber le debe también mucho a películas como Sexo en Nueva York, el cóctel Cosmopolitan y también a Madonna, que fue la musa que inspiró, hace ya 20 años, este cambio. Todo esto ha cambiado y hoy en día el cóctel es un glamour, un lujo asequible.

¿Qué se necesita para ser un buen cocktailman?

Para ser un buen cocktailman lo que se necesita es lo mismo que en cualquier otra actividad: tener conocimiento y tener mucha ilusión y muchas ganas de cuidar a los demás.

¿Qué es para usted la cultura de bar?

Para mí los bares son iglesias: la barra es el altar, el sacerdote es el barman y la ofrenda es el cóctel. Por este motivo es muy importante tener este concepto de cultura de servicio, de ganas de gustar. El bar siempre es un punto de reunión para poder cuidar tu pareja, los amigos, y para tener un momento de descompresión mágica a la hora del aperitivo, por la tarde o al mediodía, y con una buena compañía.

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