Hace unos pocos días fue mi cumpleaños, y este año para celebrarlo no he hecho una de mis típicas tartas, he optado por una pie, una tarta de pasta brisa o masa quebrada rellena de fresas y cerezas.

He de decir que el olor de esta tarta es totalmente embriagador, un perfume que sale del horno y nos entra en el cerebro y el estómago llenándonos de una sensación única, de connotaciones infantiles y fantasiosas. Quizás sea porque este tipo de dulces son muy antiguos, y guardan el sabor de lo autentico. Bueno al lío que me pongo filosófica y no es plan... serán los años!!
Os animo desde aquí a probarla, con la variante que prefieras, como moras, frambuesas o melocotones. La fórmula será la misma.





Para la pasta brisa o masa quebrada:

200 gr de harina de repostería
200 gr de mantequilla en dados bien fría
55 gr de agua helada
una pizca de sal

Para el relleno:
500 gr de cerezas sin hueso
500 gr de fresas
40 gr de harina
10 gr de azúcar moreno de caña
10 gr de azúcar blanca
zumo de medio limón
Vainilla
10 gr de kirsch


Para hacer la masa no hace falta tener unas varillas eléctricas ni ningún otro instrumento, nos vale con nuestras propias manos. Si puedes hacerlo en un bol metálico enfriado en el congelador os resultará estupenda. Tan solo hay que juntar la mantequilla con la harina y la sal hasta obtener una pasta y después añadir el agua poco a poco sin dejar de amasar. Una vez hecho esto, estirar la masa sobre una superficie plana enharinada con la ayuda de un rodillo. Puedes añadir harina al rodillo o a tus manos sin miedo. Intenta estirarla todo lo que puedas porque esta masa tiende a crecer bastante. Usaremos un molde de unos 24 cm hurtado en mantequilla y espolvoreado de harina donde colocaremos la masa, reservando un trozo para hacer las tiras si la queremos cubrir.

Si has optado por comprar la masa hecha, puedes pasar directamente a este segundo paso. Os recomiendo usar fruta madura. Lavar y quitar los tallos de las fresas y cortar por la mitad. Lavar y quitar el hueso de las cerezas, si lo haces con una puntilla de arriba del tallo hacia la punta inversa saldrán fácilmente. Poner en un bol las dos frutas junto con el resto de ingredientes y remover bien. Dejar macerar unos 30 minutos. Pasado ese tiempo colar la fruta reservando el jugo. Si hemos hecho nosotros la masa, pincharla levemente sin hacer agujeros para que no suba, o bien puedes cocinarla un poco cubierta con papel de aluminio y con peso encima. Disponer de la fruta dentro de la masa, procura que las ultimas piezas queden bien puestas para que el resultado sea más bonito y uniforme. Añadir el jugo reservado. Tapar con unas tiras de masa sobrante, pintadas con huevo batido, pegándolas bien al borde de la masa de dentro del molde.
Hornear a 180º durante 30 minutos mas o menos, esto depende de vuestro horno. Dejar enfriar en el mismo molde y para después desmoldar.
¡Que aproveche!